La enfermedad de Chagas(EC) es causada por Trypanosoma cruzi y presenta la fase aguda que puede avanzar hacia fase indeterminada y crónica. Si el individuo infectado no recibe tratamiento durante las dos primeras fases, entre el 20% a 40% desarrollarán la fase crónica. El tratamiento es eficiente solo para la fase aguda. Específicamente al desarrollar cardiomiopatía chagásica crónica(CCC), causante de la mayor morbilidad en la EC, no existe droga que revierta el daño causado por el parásito a nivel del miocardio. Estudios recientes han asociado la vía de señales inducida por TGF-β en la progresión de la EC. Sin embargo, aún no se conoce la variación en la expresión de biomarcadores proteicos involucrados a lo largo de esta vía que estén asociados con la progresión hacia CCC y sirvan como predictores de esta. Para llenar este vacío, se utilizarán los biomarcadores asociados a la vía TGF-β: LOXL2, CTGF, Angll, y P38MAPK. La sobreexpresión de estos biomarcadores amplifica la activación de los fibroblastos cardiacos del miocardio en respuesta a la infección, siendo cruciales para el desarrollo de CCC. Nos preguntamos cómo varían los niveles de abundancia relativa de estos biomarcadores a lo largo de la EC. Hipotetizamos que el cambio en la expresión desde la fase aguda hasta el desarrollo de CCC de por lo menos una de las moléculas, permitirá usarla como potencial biomarcador predictor específico para CCC. Para ello, se usará a Cavia porcellus, modelo animal que desarrolla la EC de manera similar al humano, haciendo posible analizar los biomarcadores a nivel de tejido cardiaco y suero a diferentes tiempos post infección. Esto se hará con la finalidad de que en el futuro se puedan usar como biomarcadores predictores de riesgo de progresión a CCC en humanos.
Chagas disease (CD) is caused by Trypanosoma cruzi and has an acute phase that can progress to the indeterminate and chronic phases. If the infected individual is not treated during the first two phases, 20% to 40% will develop the chronic phase. Treatment is effective only for the acute phase. Specifically, when developing chronic chagasic cardiomyopathy (CCC), which causes the highest morbidity in CD, there is no drug that reverses the damage caused by the parasite at the myocardial level. Recent studies have linked the TGF-β induced signalling pathway to the progression of CD. However, the variation in the expression of protein biomarkers involved along this pathway associated with progression to CCC and serve as predictors of CCC is not yet known. To fill this gap, the TGF-β pathway-associated biomarkers LOXL2, CTGF, Angll, and P38MAPK will be used. Overexpression of these biomarkers amplifies the activation of cardiac myocardial fibroblasts in response to infection and is crucial for the development of CCC. We asked how the relative abundance levels of these biomarkers vary across CD. We hypothesise that the change in expression from the acute phase to the development of CCC of at least one of the molecules will allow it to be used as a potential specific biomarker predictor for CCC. For this purpose, Cavia porcellus, an animal model that develops CD in a similar way to humans, will be used, making it possible to analyse biomarkers at the level of cardiac tissue and serum at different post-infection times. This will be done with the aim that in the future they can be used as biomarkers for predicting the risk of progression to CCC in humans.