El estudio evaluó la eficiencia de la PTAR Taboada, está considerada como la más grande de su tipo en Sudamérica, con una capacidad operativa que maneja un caudal promedio de 14 m³/s y un caudal máximo de 20,3 m³/s. Esta planta trata las aguas residuales de más de 4 millones de personas en Lima Metropolitana y Callao. Se evaluó el impacto ambiental en el cuerpo receptor analizando parámetros fisicoquímicos y microbiológicos, comparando la calidad del agua antes y después del proceso de tratamiento. Durante el periodo comprendido entre febrero y abril de 2024, se llevaron a cabo 31 días de análisis representativo, en los cuales se midieron parámetros clave como DQO, DBO5, nitrógeno amoniacal, nitrógeno Kjeldahl, aceites y grasas, cianuro libre, metales totales, coliformes termotolerantes, SST, pH, turbidez y temperatura para evaluar la eficiencia del tratamiento. Los resultados muestran que la PTAR Taboada logra una remoción significativa en varios parámetros fisicoquímicos: aceites y grasas (24,2%), DBO5 (23,7%), DQO (26,6%), SST (26,1%). Sin embargo, se observan diferencias en la eficacia de remoción para distintos contaminantes, como el nitrógeno amoniacal (17,6%). Para la remoción de contaminantes microbiológicos, como los coliformes totales (32,6%) y coliformes termotolerantes (31,5%). La remoción es baja para algunos metales, como la sílice (11,4%) y el potasio (11,6%), y mejor para el manganeso (30,7%) y el hierro (31,6%). Al contrastar los resultados del efluente con los LMP determinados por la normativa nacional, se encontró que la planta cumple con los estándares para pH y temperatura. No obstante, los niveles de coliformes termotolerantes, SST, DBO5, DQO, aceites y grasas superan los permitidos, lo que indica la necesidad de mejorar la eficiencia del proceso de remoción para estos contaminantes. Se analizó el impacto del vertimiento en el cuerpo receptor, con monitoreos en la zona costera y marítima. Aunque los parámetros fisicoquímicos y microbiológicos están dentro de los límites establecidos por la regulación ambiental vigente, es esencial mejorar el tratamiento para lograr un cumplimiento completo. Esto incluye mejorar la remoción de metales pesados y la gestión de parámetros microbiológicos, esenciales para proteger los ecosistemas acuáticos y la salud pública.
The study evaluated the efficiency of the Taboada WWTP, which is considered the largest of its kind in South America, with an operational capacity handling an average flow of 14 m³/s and a maximum flow of 20.3 m³/s. This plant treats wastewater from over 4 million people in Lima Metropolitana and Callao. The environmental impact on the receiving body was assessed by analyzing physicochemical and microbiological parameters, comparing water quality before and after the treatment process. During the period from February to April 2024, a representative analysis was conducted over 31 days, measuring key parameters such as COD, BOD5, ammoniacal nitrogen, Kjeldahl nitrogen, oils and greases, free cyanide, total metals, thermotolerant coliforms, TSS, pH, turbidity, and temperature were measured to evaluate treatment efficiency. The results show that the Taboada WWTP achieves significant removal in several physicochemical parameters: oils and fats (24.2%), BOD5 (23.7%), COD (26.6%), TSS (26.1%). However, there are differences in the removal efficiency for different contaminants, such as ammoniacal nitrogen (17.6%). For the removal of microbiological contaminants, such as total coliforms (32.6%) and thermotolerant coliforms (31.5%). The removal is low for some metals, such as silica (11.4%) and potassium (11.6%), and better for manganese (30.7%) and iron (31.6%). When comparing the effluent results with the national regulations' allowable limits, it was found that the plant meets the standards for pH and temperature. However, the levels of thermotolerant coliforms, TSS, BOD5, COD, oils, and fats exceed the permitted limits, indicating the need to improve the removal efficiency for these contaminants. The impact of discharge on the receiving body was analyzed through monitoring in the coastal and marine zones. Although the physicochemical and microbiological parameters are within the limits established by current environmental regulations, it is essential to enhance treatment to achieve full compliance. This includes improving the removal of heavy metals and managing microbiological parameters, which are crucial for protecting aquatic ecosystems and public health.
