La salud mental en jóvenes, especialmente en mujeres, es un tema de creciente preocupación en el Perú. Las universitarias enfrentan una etapa de transición marcada por presiones académicas, exigencias familiares y exposición a casos de violencia, lo que incrementa su vulnerabilidad a trastornos como la ansiedad y la depresión. Esta investigación analiza las trayectorias de las jóvenes universitarias en la búsqueda de atención de servicios de salud mental a través de un enfoque cualitativo basado en entrevistas semiestructuradas con universitarias de 18 a 25 años. El análisis revela tres trayectorias: (i) Accidentada, donde las jóvenes, tras episodios de violencia, enfrentaron barreras económicas y burocráticas antes de acceder a la atención; (ii) Solitaria, donde las entrevistadas buscaron apoyo debido a la presión académica y la falta de validación emocional en su entorno cercano, encontrando en la terapia un espacio seguro; y (iii) Exigente, donde las universitarias requirieron apoyo de servicios de salud mental ante las presiones académicas y familiares, enfrentándose a los estigmas vinculados a la salud mental. Sin embargo, el acceso a estos servicios estuvo facilitado por el respaldo emocional y financiero de redes de apoyo. Los hallazgos evidencian que el acceso a servicios de salud mental no es lineal ni uniforme, y que está condicionado por detonantes específicos, la disponibilidad de apoyo y las barreras estructurales vinculadas a los determinantes sociales. Se recomienda fortalecer los servicios de salud mental universitarios para reducir el estigma, mejorar la articulación de servicios públicos e incorporar un enfoque de género que sea implementado de forma transversal en los servicios disponibles.
Mental health in young people, especially women, is a growing concern in Peru. University students face a transitional stage marked by academic pressures, family demands, and exposure to cases of violence, increasing their vulnerability to disorders such as anxiety and depression. This research analyzes the trajectories of young female university students in seeking mental health care services through a qualitative approach based on semi-structured interviews with university students aged 18 to 25. The analysis reveals three trajectories: Turbulent, where young women, after experiencing violence, faced economic and bureaucratic barriers before accessing care; Isolated, where the interviewees sought support due to academic pressure and the lack of emotional validation in their immediate environment, finding in therapy a safe space; and Demanding, where university students required mental health support due to academic and family pressures, facing the stigmas associated with mental health. However, access to these services was facilitated by the emotional and financial support from social networks. The findings show that access to mental health services is neither linear nor uniform, being conditioned by specific triggers, the availability of support, and structural barriers linked to social determinants. It is recommended to strengthen university mental health services to reduce stigma, improve the coordination of public services, and incorporate a gender-sensitive approach that is implemented transversally across the available services.