Resumen:
La enfermedad mineral ósea (EMO) es un término amplio que incluye a las alteraciones séricas del calcio, fósforo, vitamina D, paratohormona, anormalidades en el crecimiento, mineralización ósea y/o a las calcificaciones extraesqueléticas que acompañan al paciente con enfermedad renal crónica (ERC). Está presente en casi la totalidad de pacientes en diálisis y con el trasplante renal puede no siempre mejorar. Se han identificado nuevos factores y hormonas; como klotho y factor de crecimiento de fibroblastos-23 (FGF-23) que interactúan con la vitamina D y con la paratohormona en el manejo renal del calcio y fósforo. Ciertos reportes indican que son marcadores precoces del desarrollo de EMO, incluso cuando la función renal está levemente disminuida y los niveles de paratohormona son normales. La EMO ha sido asociada con mayor mortalidad, principalmente por su vinculación con la calcificación vascular. Este proceso conlleva a un incremento de eventos cardiovasculares que constituyen la principal causa de morbimortalidad en pacientes con ERC, sobre todo aquellos que se encuentran en diálisis, independientemente de la modalidad que los pacientes sigan. La forma de presentación de la EMO puede ser de alto o bajo recambio. Aunque no está completamente definido qué es lo que determina que se exprese una en particular, se ha encontrado que la enfermedad de bajo recambio se relaciona con malnutrición, uso inadecuado de calcitriol y diálisis ineficiente. El conocimiento de la EMO es relevante por su asociación con las complicaciones mencionadas y porque constituye un parámetro para evaluar la terapia instalada.