El presentar dificultades con implicancia en el manejo emocional es una alteración que impacta a nivel social, familiar y personal. Las personas con esta dificultad suelen mostrarse confundidas en cuanto a sus sensaciones y expresiones, generando conductas impulsivas o emociones intensas. El objetivo de esta intervención fue incrementar la regulación de las emociones en un 30 % en el área familiar y educativa en una estudiante universitaria con dificultades en la gestión emocional. Esto se logró a través del reconocimiento, expresión y regulación de sus emociones empleando técnicas de intervención cognitivo conductual, sistémico familiar y dialéctico conductual. Para la recopilación de datos se emplearon técnicas cualitativas, como la entrevista, la observación durante cada sesión, las listas de chequeos y un registro de emociones durante la semana. Al final de la intervención se evidenció un mejor control de emociones y capacidad de poder describirlas e identificar cada una de ellas, añadido a esto la paciente aprendió a sentir sus emociones sin pensamientos automáticos, logrando disminuir sus niveles de tristeza y frustración, esto le permitió un mejor desenvolvimiento social. Por tanto, se evidencia que la intervención fue favorable puesto que los síntomas lograron disminuir significativamente.Presenting difficulties with implications for emotional management is a disturbance that impacts socially, personally, and within the family. Individuals with this difficulty often appear confused about their sensations and expressions, leading to impulsive behaviors or intense emotions. The objective of this intervention was to increase emotion regulation by 30% in the family and educational domains for a university student with difficulties in emotional management. This was achieved through the recognition, expression, and regulation of emotions using cognitive-behavioral, family systemic, and dialectical behavioral intervention techniques. Qualitative data collection techniques, such as interviews, observation during each session, checklists, and an emotion log throughout the week, were employed. At the end of the intervention, an improved emotional control and the ability to describe and identify each emotion were evident. Additionally, the patient learned to experience her emotions without automatic thoughts, leading to a decrease in levels of sadness and frustration. This allowed for better social functioning. Therefore, it is evident that the intervention was favorable, as symptoms significantly decreased.