En el siguiente reporte se describe el caso clínico de un paciente canino de raza mestiza, de sexo macho; y 2 años de edad. Es referido con signos principales de depresión, ataxia y cuello extendido. Al examen clínico se evidenció un leve dolor cervical, disminución en la propiocepción de los cuatro miembros y de una condición corporal delgada. Se realizaron exámenes radiológicos de la columna cervical, estudios citoquímico del líquido cefalorraquídeo, entre otros. Con los exámenes practicados se pudo llegar al diagnóstico definitivo de Criptococosis canina. Posteriormente se plantea un tratamiento farmacológico antimicótico a base de flucitosina en combinación con anfotericina B; a la cual el paciente canino responde favorablemente en la primera semana; a la segunda semana de tratamiento el paciente decae a consecuencia de un fallo renal – hepático agudo a consecuencia de los efectos adversos de los fármacos antimicóticos. Posteriormente se da un tratamiento de sostén llegando a estabilizar al paciente. Se cambia el protocolo a mono droga tipo anfotericina B en complejo lipídico, el cual es menos perjudicial para la función renal. Lamentablemente el paciente al iniciar nuevamente la terapia con anfotericina B en complejo lipídico vuelve a decaer y nuevamente entra en descompensación renal. Se vuelve a estabilizar al paciente y cambiamos de tratamiento antimicótico a ketoconazol oral; en el cual el paciente mejoró de la función renal y hepática; pero sin embargo en las siguientes semanas presento una recaída en la parte clínica y empeoró severamente; no obteniendo buenos resultados por lo que el propietario buscó una segunda opinión. Criptococosis canina; cuando se manifiesta con sintomatología que afecta al sistema nervioso central es de mal pronóstico ya puede conllevar lesiones crónicas de difícil compensación que podrían ser incompatibles con la vida.