Abstract:
Uno de los grandes problemas que tiene cualquier Institución educativa en la actualidad es mejorar nuestra enseñanza en beneficio de nuestros estudiantes. Pero… ¿cómo hacerlo?...es fácil culpar al Ministerio de Educación por no brindar todas la infraestructura que se necesita para hacer bien nuestro trabajo; es fácil disculparse por parte de nuestras autoridades al decir que no tiene el presupuesto adecuado, pero que eso no debe ser la razón para que el maestro no de todo de sí para realizar su trabajo. En verdad hay muchas causas que impiden que los procesos de aprendizaje y enseñanza propuestos por el Ministerio y por los propios maestros no se cumplan y en muchos casos lleguen al más completo fracaso. Pero el Ministerio y los maestros muchas veces ignoran la sociedad misma, pues no establecen y ni siquiera llegan a acercarse a la problemática real que se encuentra en los niños y niñas, jóvenes y adolescentes que llegan a nuestras instituciones. Familias disfuncionales, nuevos compromisos de parte de ambos padres, promiscuidad en las viviendas y problemas económicos construyen en muchos sectores de nuestra sociedad un joven resentido, apático e incapaz de comprender que la solución a sus problemas está en el mismo. Y culpa a todo el sistema, a su entorno, a su familia, se refugia en sus amigos y muchas veces cae preso de su propia incertidumbre y se envuelve en el pandillaje, en las drogas. Por ello como mi realidad como Institución es que nuestros alumnos son provincianos que han dejado sus tierras o son jóvenes pandilleros de familias disfuncionales, mi trabajo busca encontrar un proceso en la que los maestros puedan dar lo mejor de ellos para mejorar los aprendizajes en nuestros alumnos y sobre todo encontrar la manera de que ellos encuentren en nuestras aulas una razón para seguir viniendo, una razón para sentirse parte de la sociedad que muchas veces le ha cerrado las puertas por que no comprenden su forma de vestirse o comunicarse. La política actual tampoco ayuda pues se observa una corrupción de funcionarios que ha lastimado los cimientos de nuestra civilidad. Y enjuiciarlos y meterlos presos no ha ayudado en nada en la percepción de mejora de nuestra sociedad. Por lo que una política educativa sana y con proyección como la que pretende realizar mi Institución y mi trabajo necesita de paradigmas para que todos conjuntamente llevemos al Perú al sitial que se merece.